Echar dinero sin parar en el “tragamonedas”, la quiniela de la semana, una apuesta deportiva en cualquiera de las decenas de casas de apuestas de tu ciudad, o por internet en un par de clicks, pasar un rato MÁS en el casino.
Apostar, en todos los casos anteriores, es una actividad legal y cotidiana, por eso vemos tan normal cualquiera de esas actitudes.
El problema, como siempre, es la falta de control y sus consecuencias, que, de forma progresiva casi sin darte cuenta, pueden llevarte hasta una enfermedad: la Ludopatía, la dificultad para resistir los impulsos que te llevan a jugar.
Poco a poco adquieres hábitos que van haciendo que aumenten las cantidades que apuestas, de forma que un día ya tienes una falta absoluta de control sobre esto y sus tremendas consecuencias como pérdida de estabilidad económica, emocional, familiar. Terminas recurriendo a conductas delictivas, robar, vender lo que no es tuyo, hacer fraudes, pedir préstamos impagables; con tal de seguir teniendo recursos para apostar.
Tu cuerpo es sabio, refleja lo que sucede, aun cuando no quieras escucharlo.
1.- Antes de jugar sientes un malestar o tensión interior.
2.- Durante el juego percibes gratificación o placer, éxtasis.
3.- Después de jugar llega el arrepentimiento o la culpa.
Aun con todas las variaciones que las siguientes frases pusieran tener, pon cuidado si las repites en tu día a día:
– Voy a echar solo estas manos
– Sólo he perdido… pesos
– ¡Qué bien me siento! Me han tocado… pesos
– ¡Qué suerte tengo!
– Ya sé cómo hacer para que me toque, conozco el sistema
– Voy a estudiar cómo hacer apuestas para controlarlas
– Cuando salgo de casa es solo para apostar
– Tengo que seguir jugando para cubrir las pérdidas
– Necesito recuperar lo perdido
– Me siento molesto cuando no puedo jugar
– Aunque sepa que luego me voy a sentir arrepentido, sigo jugando
En Casa Luha podemos ayudarte, tenemos las herramientas de apoyo para salir de esta adicción.
No estás solo.